miércoles, 26 de junio de 2019

Empecemos por el principio

Desde chiquita aprendí a canalizar mis sentimientos y pensamientos a través de la escritura. Y es un hábito que me acompañó toda la vida.

Siendo muy chiquita me escribía cartas con mi abuela. Ella escribía, yo respondía dibujando. Con el paso de los años empecé a poder formular frases, a darle sentido a lo que quería decir. Y nunca dejé de hacerlo.

En mis peores momentos, los de mayor angustia, encontré en la escritura ese cálido abrazo que te da alguien que te quiere cuando lograste descargar todo eso que te hace mal.

Escribo cuando los sentimientos me desbordan. Escribo cuando quiero decirle a alguien lo mucho que lo quiero y no puedo hacer con palabras cara a cara. Escribo cuando extraño mucho a alguien que ya no está. Escribo cuando no sé qué me pasa y necesito ordenar mis ideas.

Es mí terapia, es mi cable a tierra. Es bajar todo ese maremoto de pensamientos que me desbordan.

Por eso decidí empezar este blog. Porque creo que es una buena forma de ir bajando todo lo que pienso, todo lo que siento, todo lo que soy y todo lo que quiero ser. Me gusta volver sobre mis textos y reflexionar y pensarme en el momento que lo escribí. Lo que sentí mientras tipeaba, lo que me pasaba en ese preciso instante, lo que me hacía mal. Si me sigue haciendo mal, o si pude soltarlo. Si aprendí o si sigue siendo un desafío.

Creo que aprender es no olvidar, porque si no olvidas no volvés al mismo lugar. Porque te acordas lo que te hizo mal. Y si te hizo bien, te aferrás a eso porque sabes que es lo que anhelas.

Les doy la bienvenida y los invito a que me acompañen en este viaje en el tiempo a través de las palabras.

Salú la barra

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Ella – Mi bebé

Dueña de una belleza única, un pelo largo, negro, imponente. Unos ojos achinados. Una piel mestiza. Un porte incomparable. Un aire a Pocah...